domingo, 3 de abril de 2016

Batalla del Olimar

El Combate del Paso Real del Olimar



El 9 de julio de 1816 se declaró en el Congreso de Tucumán la independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata, pero en el mismo no fueron representadas las provincias pertenecientes a la Liga de los Pueblos Libres. El constante crecimiento en influencia y prestigio de la Liga Federal atemorizó tanto a los unitarios de Buenos Aires y Montevideo por su federalismo como al Reino Unido de Portugal, Brasil y Algarve por su republicanismo, dando comienzo a la denominada Invasión luso-brasileña que tuvo como resultado la anexión de la Banda Oriental al Reino del Brasil, con el nombre de Provincia Cisplatina.

En agosto de 1816, numerosas tropas luso-brasileñas invadieron la Provincia Oriental con complicidad tácita de los unitarios que se habían fortalecido en la ciudad de Buenos Aires, con la intención de destruir al caudillo oriental y su revolución. Junto a Artigas, participaron en la defensa de su provincia sus lugartenientes: Juan Antonio Lavalleja, Fernando Otorgués, Andrés Latorre, Manuel Oribe, Fructuoso Rivera, entre otros.

Jinetes en la campaña olimareña. Foto de archivo IMTT


Las fuerzas luso-brasileñas al mando de Carlos Federico Lecor, rápidamente impusieron su superioridad numérica y ocuparon Montevideo en enero de 1817, pero la lucha continuó por tres largos años en el medio rural en varios frentes, ya que Artigas le declaró la guerra a Buenos Aires indignado por la pasividad y complicidad de los unitarios liderados por Pueyrredón.

Tras de tres años y medio de confrontación, con el ejército diezmado por sucesivas derrotas, a fines de 1819, la resistencia del ejército oriental al mando del General José Artigas era casi insostenible; el frente de batalla era extenso (la totalidad del territorio actual del Uruguay, la Mesopotamia argentina y el sur del Brasil) y las columnas artiguistas, diseminadas por todo ese territorio, son convocadas a reunirse con la esperanza de reorganizar el ejército y renovar la lucha.

En ese contexto, se produce uno de los últimos y menos conocidos episodios de la gesta artiguista que tuvo lugar en el Paso Real del Olimar, en ese entonces conocido por “Paso de Pereira”, frente a donde actualmente se erige nuestra ciudad.

Enterado de la invasión por el río Yaguarón de dos cuerpos del ejército portugués comandados por Bentos Goncalvez da Silva y Diogo Félix Feijoo, Artigas designa a uno de sus más valientes lugartenientes, el capitán Gorgonio Aguiar, y poniendo a su mando una partida de unos 300 hombres, le ordena vigilar de cerca los movimientos de los invasores lusitanos, y cerrarles el avance hacia el sur del país.

Gorgonio Aguiar, veterano de la lucha libertadora, uno de los hombres de confianza de Artigas que inclusive había formado parte del Gobierno Federal de Purificación y que será posteriormente unos de los firmantes del “Pacto de Avalos”, no hace oídos sordos a la orden recibida, y se pone en camino a su misión.

El año nuevo de 1820, le encuentra acampado con sus fuerzas en la ribera sur del Olimar, frente al Paso de Pereira, llamado así por estar en el límite de las tierras de Joaquín Pereira de la Luz, posteriormente denominado también Paso de Dionisio, y actualmente el Paso Real del Olimar, frente a nuestra ciudad. Inmediatamente, despacha hacia todo el frente pequeñas partidas de investigación que de inmediato regresan con malas noticias: el ejército invasor está cerca y viene directamente hacia el lugar donde están acampadas las reducidas fuerzas orientales.

Se organiza la defensa del paso, y en la madrugada del 6 de enero de 1820, da comienzo el combate, con el ejército lusitano atacando el paso y los soldados de la patria defendiéndole paso a paso con guerrillas cubiertas desde los montes que bordean el Olimar.

La superioridad numérica de las fuerzas de Bentos y Feijoo termina por vencer la bravía de los orientales, y setenta y un orientales son abatidos en combate, según consignó el profesor Homero Macedo en un artículo al respecto sin citar fuentes, aunque otra version tampoco asignada a fuente concreta, expresada por Amílcar Brun en su “Cronología”, informa de sesenta y un bajas.

El resto de los defensores se da a la fuga en retirada hacia la ruta señalada por Aguiar, buscando unirse al grueso de la fuerza artiguista, aunque pocos días más tarde, un nuevo revés en Tacuarembó, el 22 de enero, significaría la derrota definitiva de Artigas, que debió abandonar el territorio oriental, al que ya no volvería. Varios de sus lugartenientes cayeron prisioneros o abandonaron la lucha. Fructuoso Rivera, por su parte, se pasó al ejército brasileño de ocupación.



Según algunas versiones no confirmadas, las tumbas de los heroicos soldados de la patria caídos en el mencionado combate que se llevó a cabo a pocas cuadras de nuestra ciudad, sirvieron años más tarde, tras la fundación de nuestra ciudad, como base para delimitar el primer cementerio de Treinta y Tres, que funcionó en algún lugar del ejido, situándolo Oliveres “a poco más de cien metros del mojón esquinero de la antigua chacra de Miguel Palacios”, que es el que aún se puede apreciar en la plazoleta del barrio Libertad.

2 comentarios:

  1. Como anda estimado? me gustaría tener mas información sobre esta batalla, donde podría seguir informándome?. Saludos

    ResponderEliminar