lunes, 23 de agosto de 2010

En época de Festival


¡Que recuerdos del "Chupypasse" !!!


                               Eramos la mayoría veinteañeros. Estaba cerquita el regreso a la democracia. Hacía unos meses que había sido la primer elección presidencial que muchos vivimos, y después vino el verano. Calor y libertad sin estudios… ¿Qué mejor etapa?

                               Pero se venían las clases. Era marzo. Recién habían asumido Sanguinetti la presidencia y Wilson Elso la intendencia. Y entonces, sentados en la “quinta de los nabos”, alguien largó la noticia:
                              - Che… dicen que este año el festival se va a hacer a todo candombe. Lo organiza la Intendencia, y van a venir todos los artistas de canto popular, y todos los políticos porque quieren hacer un festejo del reencuentro con la democracia. Va a estar buenazo.
                               Yo no se de quien partió la idea, pero me acuerdo que fue allí y entonces. Estaba Oscar Freddy Rodríguez, Javier Pena, el “Tololo” García, el “Negrito” José Ruben Fernández entre otros que la memoria me borró. Y ahí inventamos hacer un campamento con varias carpas, pa pasar todos juntos y divertirnos sin pausa.
                                A partir de ese momento, varias noches de madrugadas planificadoras beberaje de por medio, determinaron que cada vez fueran más los que se iban sumando a la idea, fueran o no de la “barra”, y sin distinción de ningún tipo.
Juntamos plata. Todos pusimos algo. En aquel momento, para acampar no se cobraba, la luz te la daban gratis igual que el agua, y lo único que necesitábamos era para las comidas, la leña, y el “chupe”, que no podía faltar y era preocupación de primera necesidad. Y juntamos un lote de pesos, poniendo poquito cada uno. Tanto así, que en vista del capital que teníamos, decidimos ir al Chuy a buscar lo más barato y rendidor: caña blanca como pa que no faltara en los tres días de festival. Y dicho y hecho; conseguimos una chevrolet C-10 y nos pelamos subrepticiamente a la madrugada, Javier, el "Ratón" Denis, Oscar Freddy y yo al volante. Volvimos a medio día del día previo al festival, con la pick up hasta el borde de las barandas de Velho Barreiro, y un lechón que cazamos en el camino y que nos costó la careta de la camioneta.

                                Descargamos en una carpa de lona verde, tipo militar, que fue el inicio del campamento; fuimos a buscar el resto de las otras carpas y nos dedicamos en la tarde a armar todo. En el correr de la tarde, además, iban cayendo los acampantes con todo lo necesario para la aventura. Proliferaron las carpas, llegaron a haber diez o doce armadas en redondilla en torno a un fogón circular que armamos con piedras.
                                 A la tardecita estábamos tan cansados, que no nos dio ni para inaugurarlo. Uno a uno nos fuimos yendo cada cual para su casa a descansar, pero alguien tenía que quedarse a cuidar la caña. Esa tarea le tocó a Alfredo Bentancur, el “Fuya”, quien cumplió a satisfacción con su tarea excepto por una botella que “marchó” en la noche, pero era un riesgo calculado, porque era lo único que tenía para matar el hambre, además de una bolsa de galleta dura, que tampoco apareció.
Al otro día, tempranito, nos fuimos arrimando.
                                    Yo recuerdo que llevé una hamaca paraguaya machaza y un equipo de música que luego resultaría famoso; otros llegaban con las verduras y la carne. No faltaron ollas, parillas, cubiertos, sillas, colchones y todo lo que tengan idea que se pueda necesitar. Y apareció el “Tololo” con un pasacalle, que colocamos visiblemente, el que decía: CHUPYPASSE. Y así nació el nombre del campamento más divertido del festival del Olimar del año 85.
                                    Ese primer día, y como estábamos instalados detrás del escenario principal y éramos una pequeña multitud joven y divertida, fueron muchísimas las personas que se acercaron, de todas las edades. Sé que me voy a olvidar de una cantidad, pero no puedo dejar de acordarme de la vieja “Muñeca”, que con su nieta Silvia Alvarez y otras amigas armaron una carpa adyacente al campamento, pero que pronto se integraron. Y empezaron a caer gentes y barras completas, al punto que llegada la hora de dormir no daban las camas, y lo más grave, la caña duró mucho menos de lo previsto.
                                      Hoy, seguramente por haber pasado muchos años desde entonces, recuerdo generalidades y solo situaciones puntuales. Entre los asiduos concurrentes, estaban los Larrechea (Luis Pedro, Pablo, Cecilia), Jorge Zunino, el “Corto” Quintana, el “Ratón” Denis, Eduardo Canet, el “Corto” Fregueiro, el “Tachuela” Rodríguez, los hermanos Carnales (Ramón y Raimundo), el “Morrón” Moreno, y en este punto quisiera que me ayudaran con la memoria para recordarlos a todos....      La "barra" de las chiquitas... Kenia, la Mica, Bea, Elisa...  la "Gija", que con la disculpa de ir a hacernos tortas fritas mantenía vigilada a Isabel de las garras del "Gugú"...
                                      Aunque no crean, se nos terminó la caña. Es que eran interminables las tertulia en torno al fogón. Todos los artistas que pasaron por el escenario pasaron por el Chupypasse, y la mayoría de ellos se quedaban guitarreando. Y los políticos también. Como se había terminado la caña, a cada rato hacíamos viajes al pueblo a comprar. Y cuando ya no había más en el pueblo, seguimos con vino, que comprábamos en damajuanas, tras “pasar el sombrero” cuando había visitantes pudientes.


Los recuerdos se me entremezclan... Esta barra estoy casi seguro que fue la secuela de ese campamento, que se prolongó en años sucesivos.... ¡¡Qué tiempos aquellos!!!   Hasta se me despintan algunas caras!!!

                                     Hasta situaciones de alarma tuvimos. Una noche, se largó una tormenta imponente, con mucha lluvia y vientos potentes, que a los que estábamos “adobados” no nos molestó demasiado, pero volaron algunas carpas y en medio de la noche quedaron algunos desalojados obligatoriamente.
                                       Anécdotas de esos días hay a montones. Otra vez será el tiempo de ocuparnos de ellas.
                                       Como la madrugada que venían pasando unos gauchos a caballo, los invitamos a tomar algo, y después de un rato el “Morrón” y Ramón Carnales les robaron los caballos que habían dejado atados y se fueron pa’l baile del Centro de Barrio Nº 3, en el barrio 25, volviendo a la mañana siguiente cuando a los canarios ya no había quien los sujetara de malos.
                                         Pero esos, son temas de otros momentos. En próximas narraciones, con más detalle y más espacio, seguiremos desgranando recuerdos de estos sucesos...