viernes, 20 de marzo de 2020

Complejo automotor y fábrica de tejas


Hace 70 años, emprendimientos de Batista y Petry impulsaban el progreso treintaitresino





                               El periódico semanal olimareño “Orientación”, dirigido por Aramís Mancebo Rojas, en una de sus ediciones de julio de 1948, en una sección de opinión llamada “Temas Locales”, destacaba positivamente dos nuevos emprendimientos comerciales del medio, la construcción de las modernas instalaciones de Antonio R. Batista, y la erección de la fábrica de tejas de Petry, en la zona de Villa Sara.

                                Al respecto, el artículo de referencia comenzaba opinando que “Treinta y Tres es un pueblo pobre de hombres con iniciativa”, explicando que en otros lados del país se multiplicaban los ejemplos de  “personas que se han asociado para implantar una industria”, o construir salas de espectáculos u hoteles, remarcando que “entre nosotros no se ha despertado aun el interés por invertir capitales en obras que contribuyendo al progreso local”. tras estas consideraciones, afirmaba que “esta ausencia de iniciativa de conjunto  nos mueve a destacar algunos esfuerzos individuales dignos de mención.”
                                  En primer lugar, la nota periodística nombra la obra en construcción emprendida por Batista con destino a concesionaria, taller y estación de servicios “que será dotado de los elementos más modernos que lo harán uno de los más importantes en su género en todo el territorio nacional”.


                                  Más adelante, el firmante del escrito con el seudónimo “Zeta”, se refiere al emprendimiento de Petry, en los siguientes términos:


                          “Otro esforzado luchador, don Pedro Alfredo Petry, ciudadano brasileño, está dando término, allá en la cabecera suroeste del puente internacional, a una importantísima obra destinada a la fabricación de ladrillo y teja. El señor Petry, experto artesano muy conocedor del ramo, ha encontrado en la costa del río las tierras apropiadas para elaborar un material de primera calidad que tendrá, sin duda, gran aceptación. Para la producción de teja se está terminando la instalación  de cuatro hornos que trabajando en serie, sin interrupción, darán ocupación a considerable número de operarios.
                               Esa chimenea de 20 metros de altura, pintada de rojo y blanco, que se destaca a la vista del viajero que por tierra o por el aire cruza nuestro pintoresco Olimar, será como un monumento levantado al esfuerzo de un viejo luchador, y a la vez, a atalaya que dirá al transeúnte: aquí se trabaja!






                               Algo más de 70 años han pasado y muchísima agua ha corrido por debajo del “puente internacional”. Aquellos hombres que menciona el artículo reseñado, ya no están y sus obras  aunque permanecen, ya no son ni sombra de los comercios pujantes que impulsaban con fe a Treinta y Tres durante la segunda mitad del siglo XX.
                               El complejo comercial de don Antonio R. Batista se ha desmembrado, desvirtuándose con el correr del tiempo su propósito, y a pesar que estéticamente se conserva con muy pocas modificaciones, muchas de sus instalaciones “reconvertidas” al servicio de nuevos comercios. La estación de servicio ya no funciona, el galpón y taller es hoy depósito de una empresa de bebidas, el salón de concesionario automotor alberga un conocido comercio del ramo veterinario y almacén agropecuario y el en sector de repuestos inclusive hace muy poco tiempo funcionó un pub bastante concurrido.


                               La “moderna” fábrica de Petry, cuya humeante chimenea durante mucho tiempo los olimareños acostumbramos  ver y que fue reconvertida a fines del siglo pasado para la fabricación de ticholos, ya hace algún tiempo después de algunos intentos de reflotarla, apagó sus calderas y dejó de humear.

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