jueves, 1 de octubre de 2009

Hombre araña en 33


La "quinta de los nabos" y el "Palito"



La “quinta” era el lugar de reunión por excelencia de la gurisada de mi época, y lo fue por muchas generaciones. 
La quinta, pa’ los que no saben es el muro y los escalones del Banco Hipotecario, en la esquina más céntrica de Treinta y Tres. No se sabe quién ni cuándo le puso ese nombre, que ya se ha casi perdido en el vocabulario local actual, únicamente recordado cuando los de ya viejas generaciones nos referimos al lugar, pero fue una designación un tanto jocosa y pensada con carácter despreciativo, ya que me imagino el nombre comenzó a usarse cuando empezaron a calificar de “nabos” a quienes éramos asiduos concurrentes al lugar, y por ende el lugar donde estaban los “nabos”, era la “quinta de los nabos”.


Y es que antes –en eso estamos todos de acuerdo-, Treinta y Tres no era como ahora. Yo no valoro si mejor o peor. Era distinto. Hace 30 años, más o menos, a ningun veinteañero o de menos edad se nos habría ocurrido sentarnos al cordón de la vereda a tomar algo, ni mate, menos vino o cerveza, como se acostumbra ahora (y ni hablar de algún porrito o algo más). Había lugares para eso, para sentarse o juntarse: los bancos y muritos de la plaza con tertulias interminables, las sillas de chapa de afuera del Progreso que hasta hoy dejaron la huella de sus respaldos en la pared del frente del Club, y la “quinta”. Y las “juntas” o reuniones, eran sobretodo para hablar. Horas pasábamos conversando. Ja ja ja… arreglábamos el mundo, nosostros…
Así, pasaron años y generaciones. Allí se formaron y deshicieron parejas y líos. Allí caíamos apenas almorzados y nos íbamos cuando picaba nuevamente el hambre. Luego, regresábamos a esperar la madrugada “desculando hormigas” como decía mi padre.
A veces, éramos pocos, pero la mayor parte del tiempo no bajábamos de la veintena de gurises de jolgorio. Y a estas reuniones no era raro que se acercaran muchos personajes. Quienes recuerdo iban con mayor asiduidad eran “Carlitos”, “Varelita”, y “Palito Ortega”.
Este tal “Palito”, era un muchacho con problemas mentales, uno de esos “locos buenos” que no son mentalmente normales, pero totalmente inofensivos, dueño de una inocencia y un candor que se ganaba el cariño de todos, a pesar de las crueles “tomaduras de pelo” que le hacíamos.
“Palito” era de Rocha. Llegó a Treinta y Tres con su familia, ya que su padre, según recuerdo. Trabajaba en una arrocera de la zona. Este muchacho –estoy seguro que muchos lo recordarán-, era alguien que le gustaba ser el centro de la atención, y para ello había desarrollado en su psiquis la posibilidad de convertirse en casi cualquier personaje de las revistas o la televisión. Había comenzado por intentar cantar como Palito Ortega, y de ahí su sobrenombre, pero con el correr del tiempo fue “El Hombre Nuclear”, el flaco de los Cartwrigth, de Bonanza, Tarzán, Batman, Superman y el Hombre Araña, entre otros.
Por esa época también –estamos hablando de la época final de la dictadura duarante la cual a la policía se le respetaba y temía- había llegado al pueblo procedente de Melo un funcionario policial que se destacaba por su intransigencia y, hablando en criollo, por su “mala leche”. A pesar que Treinta y Tres en esa época era un pueblo más chico que ahora y donde entonces sí que nos conocíamos todos, él no permitía reuniones de más de dos o tres gurises, y además si te agarraba sin la cédula aún en la puerta de tu casa, te llevaba detenido.
Por supuesto que aunque temíamos su llegada, le dábamos la poca bolilla que le correspondía, así que las reuniones no faltaban y las disparadas tampoco cuando veíamos aparecer los uniformes azules cruzando la plaza, por las dudas que fuera él.
Y una tarde de domingo de primavera estábamos una barra en la quinta, perdiendo el tiempo, cuando aparece “Palito” a acortarnos la tarde. Entre bromas y risas, le pedimos que hiciera sus imitaciones, lo que comenzó a hacer de inmediato, arrancando con Superman, y luego el Hombre Nuclear. Hasta el ruidito hacía junto a los gestos en cámara lenta: tac tac tac… me parece verlo.
A raíz de ello, se fue juntando cada vez más gente en la esquina, hasta que se conformó un extenso auditorio de una cincuentena de personas, y “Palito”, a mayor cantidad de espectadores, más detalles le incorporaba a sus personajes, él parado en el “balcón” del Banco, de espaldas al gran ventanal enrejado, y nosotros, su público, aplaudiendo desde la vereda misma del Banco, y desde la de la plaza otros.


En el momento que comienza a personificar al “Hombre Araña”, saltando y agachándose para tomar impulso en la posición característica del personaje, alguien de los presentes se percata que aprovechando nuestra distracción ante el espectáculo, nos habían rodeado algunos policías comandados por el oficial mencionado, con la idea de cortar la reunión y detener al causante de tanta aglomeración de gente. Y ese alguien gritó avisando:


- “Los miliiicoooos…”


Y se produjeron tres reacciones bien diferentes, pero complementarias. El público (nosotros) atinamos a intentar la huída. Los policías, se adelantaron hacia el improvisado escenario para capturar al que consideraban causante del alboroto (“Palito”), y éste, sin pensarlo, y directamente desde su posición agachado, dio un salto y trepó un par de metros de altura de la reja del banco.
A la vista de ello, los policías le gritaban que bajara de la reja, mientras que “Palito”, fiel a su personaje, se sujetaba de la misma con una sola mano mientras quebraba la muñeca de la otra imaginando que les lanzaba una tela de araña a quienes quierían capturarlo, mientras gritaba:


- “zassss, zassss, zassss!!!”

Solamente con la promesa (que cumplieron) de que no lo iban a llevar preso lograron que el Hombre Araña descendiera de la reja. Lo que si se llevaron los milicos, fueron las carcajadas de los presentes que ante la inesperada escena real, hasta nos habíamos olvidado de disparar.

13 comentarios:

  1. Que gracioso. La historia la recuerdo y tu relato es increible, me parece estar viviendolo. El Palito era compañero de mi hermano en el Liceo, me acuerdo que lo haciamos cantar en el patio a la hora del recreo, se armaba flor de alboroto

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  2. Fenomenal!!!!!!!
    Se lo leí a mi vieja que vive ahí y reíamos juntas vía teléfono!!!!
    Contate alguna más de estos tiempos y
    GRACIAS!!!!!!!

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  3. Pacha yo estaba ese dia, me acuerdo como si fuera hoy, yo miraba desde la calle porque los milicos tampoco nos dejaban subir a la plaza, eran los comienzos de la democracia, me acuerdo que todavia se creiian dueños de todo, y te puedo contar de esa época que yo podria estar con mis amigas, Bea Lauz, Bea Belino, Virginia Castro, la Leto, Adriana Amorin, Yusel, la Mica, estoy segura que se acuerdan bien, que recuerdos lindos, gracias Pacha, un beso grande

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  4. Jajajajajajajaja,cómo me hiciste reír!!!!!Yo no estaba,no soy de Treinta y Tres,pero tu relato es tan bueno que me parece haberlo vivido...

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  5. jajajaja, me matas Pacha!!!!..buenisimo recuerdo!!!!
    Te acordas de las escondidas multitudinarias en a plaza 19 de abril???

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  6. Muy bueno, parece que lo vivi yo mismo atraves de tu relato..

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  7. gracias por el momento de recuedos Pachacho, yo siempre recuerdo una noche en que vos doblaste de la Lavalleja en dirección a la ONDA en la Skoda y que venia un omnibus que acababa de arrancar con el clasico envion de los GM y tuviste que pasar de 2da a marcha a tras sin tramite alguno y aun en mi memoria queda el crujido de tu caja de cambios, se quejó pero entro la marcha atrás, el tema fue que entraste en marcha atras por la Juan Antonio Lavalleja hasta donde fuiste paragolpe con paragolpe con el omnibus de ONDA.
    era para holliwood por lo espectacular de la maniobra!!!

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    1. Jajajaja recién leí tu comentario... Magia hacía en aquella Skoda...

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  8. De eso no me acuerdo! Pero Si de Palito; Pomelo, Julio César... fue compañero de clase en el liceo y gracias a él nuestro grupo fue finalista en un concurso de la Fiesta de la Primavera que comenzó en las escalinatas del liceo y las finales en el gimnasio del Centro Progreso!!! Muy buena esta historia!!

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  9. Pachacho,que lindo recordar esas anécdotas de 33 ,;que además eran tan sanas,;a Pañito también l8 conocí un poco mas tarde, era buenazo, la diversión era otra cosa un abrazo a la distancia .Luichi Irigon.

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  10. Jajaja "palito"compañero de clase !!!cómo olvidarlo si hacíamos tertulia para verlo cantar y reírnos sanamente...gracias por los recuerdos!!!

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  12. Paaaaa...yo estaba ese dia ,me acuerdo si...y mas o menos por ese tiempo,recuerdo una noche de navidad o año nuevo no estoy seguro,se armó una "guerrilla" de cohetes(bombitas brasileras)en la esquina de Lavalleja y Zufriategui,una barra en la vereda del banco,otra en la plaza,otra en el Yaros,y otra en el London donde estaba yo,recuerdo que encendíamos los proyectiles y los lanzábamos en las tres direcciones contrarias a la nuestra,hasta que uno de esos pequeños artefactos explosivos quedó atrapado en el limpiaparabrisas de un coche estacionado en Lavalleja junto a la plaza....se imaginaran que cuando estalló, el vidrio delantero de dicho automóvil quedó hecho trizas y..... a correr!!!!!! después nos enteramos que el vehiculo era de una gente de Melo que estaba cenando en el London,tremendo alboroto se armó....pero nadie fue el autor del hecho....

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