martes, 4 de octubre de 2016

115 años de historia e historias

Sociedad Fomento de Treinta y Tres, más que una agremiación rural centenaria



La Sociedad Fomento de Treinta y Tres, que está celebrando su centenario el presente año, ha conquistado en su tiempo de vida un singular espacio en la colectividad olimareña, siendo desde su creación un punto de referencia y un espacio de desarrollo, de emprendimientos, en impulso de toda la comunidad.

Cuando nuestra ciudad contaba con apenas escasos cincuenta años de fundada, y el departamento había sido creado pocos años antes, a fines del siglo XIX, y a pesar que no existen datos concretos de la cantidad de ganaderos y productores agropecuarios en la zona, había ciertamente un nutrido grupo de grandes estancieros quienes siguiendo con las líneas generales de la época, estaban afines a mejorar su producción por medio del mejoramiento de razas.
En ese marco, apenas culminada la revolución del 97, el doctor Juan Antonio Escudero, destacado hijo de estos pagos que mucho hizo por el futuro de Treinta y Tres , promueve en la creación de un grupo de personas interesadas en participar y concurrir a la Exposición de Rocha a adquirir reproductores, en lo que constituye el primer indicio de un movimiento gremial pecuario en nuestro medio.
Según Obaldía Goyeneche, en esa fecha se reúnen en un comercio de la calle Juan Antonio Lavalleja Nº 97, a instancias de Escudero, los señores Bernardo G. Berro, Luciano Macedo, Ricardo J. Areco, Alfredo Aguiar, Isidoro J. Amorín, Braulio Tanco, el coronel Agustín Urtubey, Bautista y Fermín Hontou, Luis Hierro, Andrés Ferreirós, Aureliano Berro, Federico Escudero, Arturo Crovetto, Pedro Aguiar, José R, Gómez, Regino Ipar, Indalecio Rodríguez Rocha, Angel Cal y Domínguez y Pedro Buenafama, acordando constituirse en comisión con tres propósitos bien definidos: participar en la Feria Ganadera de Rocha a celebrarse en marzo de 1900; promover la fundación de un centro social en Treinta y Tres “con fines de instrucción y de propaganda rural, buscando el concurso del vecindario y de la juventud sin exclusiones ni distinción de creencias políticas o religiosas”, y finalmente promover la celebración de un Concurso Feria Ganadera en nuestro medio “en fecha más o menos breve”.
Más tarde, se suman entre otros Fructuoso Del Puerto, Tomás Jefferies, Ramón Lago, José F. Lucas, Julio María Sanz, Carlos Hontou, el coronel Basilicio Saravia, Urbano Mederos, y a medida que los trabajos avanzan, se agregan el doctor Francisco N. Oliveres, Plácido Rosas, Cándido Gordillo, el juez letrado Alejandro Furriol y otros.

Se concretan los tres propósitos: se concurre a Rocha, se funda el Club Progreso y ya a comienzos de 1902, la misma comisión entonces presidida por Bernardo Berro, concreta la realización de la Primera Exposición Ganadera de Treinta y Tres, que se lleva a cabo a principios de 1903 en los terrenos de la “Plaza de Carretas”, predio que actualmente ocupan la Plaza Colón, el Parque Colón y las instalaciones de OSE y del MTOP, con singular éxito, y que merece es si misma ser objeto de otra nota más extensa.
Vienen luego nuevos tiempos de revolución, en 1903 y 1904, y un par de años después de finalizados los enfrentamientos, en 1906, a instancias del nuevo Jefe Político Coronel Basilicio Saravia, algunos vecinos conforman una sociedad llamada Fomento, para celebrar una segunda Exposición en el mismo local donde se llevó a cabo la primera, aprovechando la buena experiencia previa y las obras que permanecían intactas desde la primera. Esta segunda comisión presidida por el Dr. Francisco N. Oliveres, aunque mucho más formal que la primera y con mayor contacto con otras gremiales del país, tuvo una duración bastante corta, ya que tampoco prosperó de la manera esperada, concluyendo con su disolución en el año 1915. No obstante ello, sin dudas, también fue parte importante e influente en el Treinta y Tres aldeano de principios de siglo. Valga para muestra señalar que en ocasión de la llegada del tren a la ciudad cuando la inauguración de la estación, en 1911, fue esa sociedad la que organizó a su costo el banquete popular y el “arco de flores” que recibió a los visitantes.
Por la misma época, también en 1915, a instancias del nuevo Jefe Político, Marcos Bodeán, se constituye una nueva comisión, mucho más formal, adoptando un sistema de sociedad por acciones, en cuya primer asamblea presidida por el Dr. Braulio Tanco, se aprueban los estatutos que regirán la misma, y se realiza la elección de la primer Comisión Directiva, integrada por los doctores Carlos María Uriarte, Oscar Ferrando y Olaondo, Carlos A Larrosa, Marcos Bodeán, Ricardo Barba, Alejo Gorosito, Manuel Buenafama, Salvador Ferrer y Carlos Hontou Aguiar, y que es entonces la sociedad que actualmente celebra su centenario.
Proyecto original del año 20

En pocos años, una nueva directiva presidida por Tanco adquiere el primer campo de la sociedad, 73 hectáreas en las que se realizan las primeras instalaciones necesarias para realizar ferias, que empiezan a celebrarse a partir de 1920 y que alcanzaron sumas de verdadera importancia. En ese mismo año se adquieren otras 118 hectáreas para ampliar el local.  La bancarrota de 1922 arruinó también a esta sociedad: las ferias no producían y no había recursos para atender las deudas, pero la voluntad y tesón de directivos y socios muchas veces utilizando recursos propios personales, hicieron frente a la situación hasta concretarse, en 1930, el arrendamiento de local de feria, con propósitos comerciales, a la forma Izmendi, González y Aramendi. Uno de sus principales, el martillero Isidro V. Izmendi, y sus descendientes, mantuvieron esta relación de arrendamiento hasta entrados los años 90, por más de 60 años, en los cuales se consolidó el local con obras y trabajo que le convirtieron sin dudas en uno de los mejores del país.

La Sociedad Fomento de Treinta y Tres, a lo largo de su historia, ha celebrado ferias y exposiciones ganaderas, que han sido parte fundamental en su misión de propender al desarrollo de la ganadería, pero además ha sido pionera en expandir esos eventos a muchísimas ramas menores de la actividad rural, como concursos avícolas, de razas suinas, de lana, de esquila, de vellones, de arboles, de jardines, de actividades agrícolas, de lechería, en fin, concursos que en su momento nuclearon a quienes se dedicaban con preferencia a esos rubros y que luego fueron derivando cada uno en sus propias agremiaciones de productores.
Pero no solamente en el ámbito rural se destacó la Fomento: en el ámbito educativo, por ejemplo, ha sido benefactor de muchas escuelas rurales (desde la donación de las 5 hàs de la escuela 28 de Villa Sara hasta otorgamientos de fuertes sumas para obras a otras de la séptima), del liceo departamental, con importantísimas donaciones en metálico, o de la Escuela Industrial, que la institución luchó tanto por conseguir para el medio. La fomento, incluso, desde mediados del siglo pasado y por lo menos hasta la última década, otorgaba distintas becas de estudio técnico y universitario a estudiantes destacados de secundaria en las ramas asociadas con el campo.
A nivel social, mucho debe también nuestra ciudad y departamento a la Fomento y sus directivos de las primeras épocas: desde múltiples obras de caminería departamental y nacional (las rutas 8 en los años 30, su continuación a Melo, la ruta a Passano, la ruta 18, la construcción de puentes y alcantarillas, la fuerte defensa de la construcción de la vía a Río Branco, etc. Son acciones que han contribuido eficazmente, con iniciativa y actuaciones y muchas veces hasta con importantes sumas, al progreso departamental en sus más amplios intereses.

Sin lugar a dudas, fue una institución netamente localista, comprometida con los intereses sobre todo del departamento, pendiente de sus problemas y atentos a discutir y propender soluciones o paliativos. Podríamos destacar decenas de ocasiones, como aquella en 1923 cuando se declara una epidemia de Carbunco y la Fomento a su costo manda vacunar todos los bovinos de las áreas urbanas y “de los pobres que no puedan pagarlo”, o en los años 40 cuando se arrecia en la lucha contra la sarna ovina y la garrapata vacuna, que la institución contrata dos funcionarios y los pone a la orden de la Policía Sanitaria del departamento “durante el tiempo que sea necesario”, como consta en actas.
Ha sido también, en su doble función de sede de remates feria y locación para los deportes hípicos que se llevan a cabo en su pista desde los años 20, el motor impulsor y de crecimiento del entonces Pueblo Lavalleja, hoy Villa Sara. En ella misma, han trabajado y prosperado directa o indirectamente la mayoría de las familias de la zona.
Ha sido sin dudas intérprete gremial de un nutrido núcleo de productores y ha procurado además favorecer la educación y mejoramiento de la campaña y sus pobladores, con innumerables acciones educativas, culturales, recreativas y comerciales a lo largo de su fecunda existencia, y al decir de su actual presidente durante la inauguración de la última exposición celebrada días pasados, comprometida a continuar en la senda de ser en todo tiempo, parte importante del presente y el futuro de Treinta y Tres.

No hay comentarios:

Publicar un comentario