Cruzar una carreta
cargada equivalía en precio a 20 hombres a caballo
Los pasos, sus peajes y funcionamiento en 1895, según nuevo informe
de Urrutia
En el Treinta y Tres aldeano de fines del
siglo XIX, época en la que se publicaron -como los atentos lectores recordarán
hemos comentado en anteriores ediciones-, los informes y memorias de los
gobernantes departamentales de 1994, sin dudas una de las problemáticas
acuciantes de la administración pública, de las muchas que se tratan en ambas
publicaciones referidas, es el del transporte de personas y mercaderías.
En efecto, Lucas Urrutia, en su calidad
de presidente de la Junta Económico Administrativa (J.E.A.) de Treinta y Tres,
y redactor de la Memoria de dicha repartición, ya a principios de año realiza
una precisa descripción de la situación de cada uno de los pasos importantes
del departamento que influyen directamente en las comunicaciones de nuestra
ciudad capital con el resto del país.
Al respecto, Urrutia comienza su reseña
realizando algunas consideraciones generales de la situación en la época, que
nos ilustra detalladamente la problemática, señalando que “desgraciadamente no
existe todavía en este departamento puente de clase alguna, sin embargo de ser
sin duda alguna, el que está cruzado por más ríos y arroyos que ningún otro de
toda la república, como que limita con la Laguna Merín a donde desaguan todas
las vertientes del lado Este de la Cuchilla Grande donde estamos situados.
Tenemos el río Olimar y el arroyo Yerbal
a inmediaciones de este pueblo cuyo pasaje se hace en balsas y en botes. El
Paso del Dragón de Tacuarí, camino de esta Villa a Artigas, donde también se
usan iguales medios de transporte. El Paso de Techera en Cebollatí, camino de
aquí al departamento de Rocha donde hay un solo bote, lo mismo que en el Paso
de la Laguna de Olimar, y Paso de Vergara en el Parado; pues unas chatas viejas
que existen en estos tres últimos pasos no pueden dar servicio en razón de
hallarse en pésimo estado. Y por último tenemos el insignificante Paso de
Carpintería en Olimar chico, cuyo pasaje se hace en bote.”
Tras esta somera enumeración de los
pasos, el informe de la J.E.A. pasa a detallar las problemáticas y situaciones
particulares de cada uno, deteniéndose en detalle y extensión en el paso real
frente a esta ciudad, sin lugar a dudas por ser el que influye más directamente
en la vida cotidiana de la Villa de la época.
En ese sentido, se informa que cuando la
Junta actuante entonces asumió, había un pleito pendiente entre la administración
popular y don Dionisio Vaco, “propietario principal de las balsas” que
realizaban el paso de bienes y pasajeros. Urrutia puntualiza en el informe que
en aras de solucionar el diferendo, se convocaron las partes en cuestión (Vaco,
el fiscal y representantes de la propia J.E.A.) y tras algunas negociaciones “en
ese comparendo se acordó que quedaba rescindido el contrato, dejando a salvo
los derechos de terceros que se considerasen perjudicados con el
procedimiento”, aclarando que “esto ocurría en el mes de abril y quedaba la
Junta en estado de poder contratar libremente el derecho de peaje con cualquier
persona”. Más adelante, el informe explica que “se hicieron todas las gestiones
posibles para conseguir que alguien hicieses el servicio por el impuesto de peaje
establecido en la Ley del 27 de junio de 1881, pero no fue posible”. Continua
luego señalando que “en este paso hay tres balsas de diferentes dueños, pero
todos ellos están en perfecto acuerdo, y por más llamados que se hagan a
propuestas para hacer el servicio, ni los dueños de esas balsas ni ningún otro
se presentará a hacerlo con el arancel que determinan las leyes vigentes, y
cada día nos encontraremos con mayores dificultades para dicho servicio: la
estación de invierno se aproxima y de un momento a otro nos veremos en serias
dificultades”
Las diferencias entre el arancel que
estipulaba la ley debería cobrarse en los pasos nacionales para el servicio de
balsas y barcazas, y las pretensiones de los balseros del Olimar, se subsanó
elaborando de mutuo acuerdo una tabla de precios que contemplara todas las
posiciones en pugna, que quedó finalmente confeccionada de la manera que se
transcriba a continuación:
Arancel del servicio de peaje en Paso
del Olimar
Por cada carreta con hasta
5 yuntas de bueyes, el conductor,
su caballo y 1.500 kilos
carga............................................................... $
2.00
Por cada carreta con todo
lo dicho sin carga....................................... $
1.00
Por cada carreta, con
productos agrícolas y frutos del país................. $
1.20
Por cada carro, el
conductor y caballos con 700 kilos de carga.......... $
0.80
Por cada carro con todo lo
dicho, sin carga......................................... $
0.40
Por cada carruaje con 3 o
más caballos con pasajeros........................ $
0.80
Por cada carruaje con 3 o
más caballos sin pasajeros......................... $
0.40
Por cada breack con 3 o más
caballos con pasajeros........................... $
0.60
Por cada breack con 3 o más
caballos sin pasajeros............................ $
0.30
Por cada carro tirado por 1
ó dos caballos, con carga........................ $
0.30
Por cada carro tirado por 1
ó dos caballos, sin carga......................... $
0.20
Por cada pasajero y su
caballo............................................................. $
0.10
Por cada pasajero a pie........................................................................ $
0.06
Por cada cabalgadura con
carga......................................................... $
0.10
Por cada animal vacuno,
caballar o porcino........................................ $
0.06
Por cada 100 animales
lanares o cabríos............................................. $
1.50
Por cada 100 kilos que se
transporten de peso sin vehículo................. $
0.20
El servicio extraordinario
cuando el rio está fuera de caja o de
cauce, se hará mientras
puedan funcionar las balsas sin peligro,
por doble precio,
exceptuando los rodados que pagarán siempre
lo mismo mientras no haya
peligro.
Cuando el río tenga mil
metros o más de anchura, el servicio
se hará en grandes botes y
se cobrará:
Por cada pasajero con su
caballo ensillado.......................................... $
1.00
Por cada pasajero a pie........................................................................ $
0.50
Por cada 25 kilos de peso..................................................................... $
0.20
El
servicio será solo obligatorio desde la salida hasta la puesta
del
sol. Fuera de estas horas, se cobrará el 50% más de lo establecido.
Las mencionadas diferencias, además,
llevaron a que el propio Jefe Político Antonio Pan, que se había visto
directamente involucrado en la confección de este arancel junto a un grupo de
transportistas, comerciantes y demás autoridades de la Villa, realizara la
propuesta de adquirir una balsa en propiedad de la Junta y explotarla con
recursos propios cumpliendo el tan necesario servicio, lo que ameritó una
tajante respuesta del Urrutia, quien argumentando en contra historió que “la
Junta ya ha sido propietaria de la balsa del Paso del Olimar. En el año 1868 se
le concedió a Dionisio Vaco el derecho a la explotación del paso hasta mayo de
1879, en que lo entregó con una balsa que quedaba siendo propiedad de la
Comisión Auxiliar. Entonces se ensayó la explotación del peaje con aquella
balsa y botes por cuenta de la referida Comisión y se vio que no daba resultado
alguno”. Los principales argumentos esgrimidos por Urrutia, eran la dificultad
de “encontrar persona idónea y
competente que se encargue de esa clase de trabajos y que de cuenta exacta de
lo que recauda”, y el hecho que “el paso se badea sin hacer uso de balsas ni
botes lo menos ocho meses en el año” y por lo tanto solo se generaría ganancias
durante cuatro mese en el año, debiendo mantener el servicio a la orden todo el
tiempo.
Finalmente, completando el capítulo
referente al paso del Olimar, Urrutia afirma que una vez llegado a acuerdo con
los balseros de explotar el servicio con el arancel acordado, y habiéndose
arreglado el derecho de explotación con un 10% para las arcas de la J.E.A., en
tres meses y medio transcurridos de la temporada invernal, ingresaron por ese
concepto a las arcas municipales $ 233,05, “evitando pleitos y disgustos que no
hacen sino postergar el progreso local y aumentar el malestar”.
Paso del
Yerbal
El lo que tiene que ver con el Paso sobre
el arroyo Yerbal, el informe indica que “este paso que se encuentra también
frente a nuestro pueblo apenas estará crecido 60 días en el año. Lo recibimos
contratado por el término de tres años a contar desde el 12 de junio del 93,
don Doroteo Mota, con la garantía de don Juan A. Acosta, a pagar 80 pesos
mensuales que fueron pagados los de la primer anualidad a la firma del
contrato”
Acto seguido relata que “el señor Mota,
acusado de un homicidio, fue remitido a la Penitenciaría y su fiador Acosta
propuso retirar la fianza y se aprovechó la oportunidad para concluir con don Félix
Olivera, propietario de la ribera derecha del Yerbal, en el paso de que se
trata, un pleito que también había iniciado la Junta Anterior, por supuesta
obstrucción del paso. El señor Olivera, interesado en el contrato que se había
celebrado con Mota, prohibía a éste el uso de la rivera más allá de lo que la
ley le obliga a dar en el paso; renunciado Mota y su fiador a favor del señor
Olivera, como lo hicieron a pedido de esta junta, se arregló el diferendo y el
uso de la rivera de una manera perfecta y conveniente para el servicio
público”.
Con respecto a los demás pasos de
relevancia donde existían en aquella época servicios de peaje de paso, el
informe señala:
Paso
Vergara en el Parado
El día 1º de Julio de 1893, la Junta
saliente enajenó el derecho de peaje de este paso en favor de don Alfredo
Arnaud, por espacio también de tres años, a razón de $61.56 anuales.
Paso de la
Laguna en Olimar
Según contrato de 1º de Setiembre de
1893, la junta anterior enajenó el derecho de la explotación de este paso a
favor de Manuel Acosta por espacio también de tres años, a razón de $ 33.70
anuales, siendo las otras condiciones iguales a las precedentes.
Paso de la
Carpintería en Olimar Chico
Este paso de insignificante importancia,
donde apenas hay una canoa, lo tienen contratado por la Junta anterior los
señores Izmendi y Saiz, a razón de 8 pesos al año. Vence ese contrato el 1º de
Setiembre, y para esa fecha se volverá a llamar a propuestas.
Paso de
Techera en Cebollatí
Como este paso se halla en el límite con
el departamento de Rocha, la Junta de aquel departamento lo tiene contratado
desde el 1º de enero de 1903 por tres años, y los tres subsiguientes le
corresponderán a esta Junta.
Paso del
Dragón en Tacuarí
“Este paso se halla bajo la jurisdicción
de la Junta de Cerro Largo, según resolución del Poder Ejecutivo de Abril 28 de
1885”. A este respecto informa que en desde esa fecha “se encuentra contratado
con don Plácido Rosas, por medio de escritura pública autorizada por el
Escribano de Gobierno y Hacienda por 8 años, que vencieron en 1892. Desde que
ese contrato venció no hay razón alguna para que aquella Junta tenga el uso y
derecho exclusivo de aquel paso, sino que debe distribuirse por partes iguales
entre uno y otro departamento limítrofes, como se resolvió al respecto con el
Paso de Techera, limítrofe con el departamento de Rocha. Es lo justo y
equitativo”, concluye, anunciando gestiones para obtener el aprovechamiento
para Treinta y Tres “por los próximos once años”.
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